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Mario: el guía de montaña más inspirador de los Dolomitas – Una historia de excelencia italiana

Entre las majestuosas cumbres de los Dolomitas, donde la roca roza el cielo y el silencio custodia un legado milenario, encontramos a partícipe – Guía Alpino, Instructor Nacional y Caballero de la República Italiana. Con su proyecto Dolomiti SkiRock, combina conocimiento técnico, espíritu aventurero y pasión por la hospitalidad, redefiniendo la manera de vivir la montaña. Cada salida se convierte en una invitación a desacelerar, escuchar la naturaleza intacta y redescubrir la autenticidad de este valioso territorio alpino. A través de su relato, nos sumergimos en el alma más profunda y salvaje de los Dolomitas.

¿Cómo nació Dolomiti SkiRock y qué visión inspiró la creación de un proyecto que une técnica, aventura y hospitalidad?

La idea de crear Dolomiti SkiRock surgió hace unos veinte años, del deseo de cambiar la relación entre el cliente y el guía alpino.
Hasta entonces, quienes llegaban a Cortina organizaban sus vacaciones sobre la marcha, eligiendo las actividades una vez en destino. Pensé que sería más útil ofrecer un espacio donde el cliente pudiera descubrir y reservar con antelación las experiencias en los Dolomitas.
Quería un nombre que expresara la doble alma de estas montañas: la nieve y la roca — de ahí “SkiRock”.
Un proyecto nacido para hacer la montaña más accesible y transmitir la profesionalidad de los guías alpinos desde el primer contacto en línea. La idea resultó ser un éxito.
 

¿Qué significa para usted acompañar a un huésped en la montaña?

Desde niño, cada domingo mis padres me llevaban a la montaña. Mi padre me enseñó a mirarla, admirarla y respetarla.
Hoy, como guía, intento transmitir a mis huéspedes ese mismo amor y respeto: acompañarlos significa compartir una forma de vivir la montaña, hacerles comprender que no es solo un lugar para conquistar, sino que comprender y proteger.
 

Sus competencias abarcan desde el guía alpino hasta la enseñanza y la divulgación. ¿Podría explicarnos en qué consiste el papel de un guía alpino y en qué se diferencia del guía ambiental excursionista (AIGAE)?

El Guía Alpino es un profesional reconocido por el Estado italiano (Ley n.º 6 del 2 de enero de 1989). El proceso de formación es largo y exigente, dura unos cuatro años y requiere amplios conocimientos técnicos: escalada, alpinismo, esquí, seguridad, meteorología, geología y nociones de naturaleza. 
El guía alpino puede acompañar a personas en cualquier tipo de terreno, tanto en verano como en invierno, enseñando técnicas de montaña y transmitiendo la cultura alpina.
El guía ambiental excursionista, en cambio, tiene una formación más breve y puede acompañar solo en terrenos que no requieren técnicas ni equipos alpinos. Ambas figuras son importantes, pero con roles y competencias bien diferenciados.


¿Hay algún aspecto poco conocido de estas montañas – una tradición, una historia, un gesto cotidiano – que le guste compartir con quienes acompaña?

A menudo cuento las historias y leyendas ligadas a las cimas dolomíticas, porque cada montaña guarda un alma y un relato antiguo. Pero lo que más me gusta compartir es el silencio: ese momento en el que, una vez llegados a la cumbre, todo se detiene y solo se oye el viento. Es entonces cuando realmente se comprende el valor de la montaña y de la sencillez.

¿Qué significa para usted la excelencia?

Para mí, la excelencia no es solo técnica, sino también atención a la persona.
Significa comprender los deseos del huésped, hacerlo sentir cómodo, hacerlo partícipe de la montaña.
El extra mile es esa sonrisa, esa palabra de aliento o esa pausa en silencio frente a un paisaje que queda grabado en el corazón. Es ahí donde nace el recuerdo que perdura en el tiempo.

Mario Dibona Moro

¿Qué experiencias ofrece con Dolomiti SkiRock y qué intenta transmitir a quienes participan en sus actividades?

Dolomiti SkiRock ofrece una amplia gama de actividades de verano e invierno, pensadas para todos: desde principiantes hasta quienes buscan experiencias más exigentes. Cada salida es una oportunidad para enseñar seguridad y conciencia, más allá de la técnica. También acompañamos a los huéspedes en el descubrimiento de la historia de la Primera Guerra Mundial, visitando trincheras y posiciones aún visibles, y profundizamos en la geología de estas montañas únicas en el mundo. Y luego están las leyendas y las historias locales, que convierten cada excursión en un viaje a la cultura dolomítica.
 

Mario, su historia personal está profundamente ligada a la montaña desde muy joven. ¿De dónde nace su pasión por la escalada y la montaña, y cómo se refleja en su trabajo diario?

Mi pasión nace de mi padre, que me transmitió el amor por la montaña. Con el tiempo la cultivé junto a mis amigos hasta convertirla en mi profesión. Cuando comencé, hace unos cuarenta años, el trabajo de guía era sobre todo veraniego y estacional. Hoy, si uno se organiza bien, puede trabajar todo el año. Para mí, el alpinismo no es solo un oficio ni una pasión: es un estilo de vida que siempre me acompañará.
 

Sostenibilidad, respeto y seguridad son palabras clave del turismo de montaña. ¿Cómo integra estos valores en su actividad y en la relación con los huéspedes?

La mayoría de nuestros clientes son extranjeros, y me alegra decir que muestran un gran respeto por nuestras montañas. La seguridad es nuestra prioridad: cada paso en el entorno alpino requiere atención y competencia, y la tarea del guía es garantizar serenidad y confianza.
Como decía Goethe: “Las montañas son maestros silenciosos que forman discípulos silenciosos.”
La montaña educa, si uno sabe escucharla.
 

Por último, ¿qué significa para usted la excelencia? En su trabajo, ¿cuál es ese “algo más” – ese extra mile – que hace que una experiencia sea inolvidable?

Para mí, la excelencia no es solo técnica, sino también atención a la persona. Significa comprender los deseos del huésped, hacerlo sentir cómodo, hacerlo partícipe de la montaña.
El extra mile es esa sonrisa, esa palabra de aliento o esa pausa en silencio frente a un paisaje que queda grabado en el corazón. Es ahí donde nace el recuerdo que perdura en el tiempo.
 

¿Hay un recuerdo o una anécdota de su experiencia como guía que represente el espíritu de Dolomiti SkiRock?

Uno de mis recuerdos más bonitos es la primera vez que acompañé a un niño y a su padre a su primera cima. Al final, el pequeño me dijo: “Mario, quiero ser guía como tú.” Ese momento me hizo comprender que mi trabajo no es solo acompañar, sino transmitir pasión y dejar algo que permanezca en el corazón de las personas.
 

Cortina acogerá los Juegos Olímpicos de Invierno 2026: ¿cómo vive este acontecimiento y qué oportunidades ve para el territorio y para quienes, como usted, trabajan en contacto directo con la montaña?

En este período preolímpico, Cortina está viviendo muchos cambios, con obras que a veces generan molestias. Pero creo que los Juegos traerán una resonancia mundial capaz de poner en valor nuestra historia, nuestra cultura y nuestras montañas.
Será importante, sin embargo, no olvidar el alma auténtica de Cortina: una comunidad de montaña que vive aquí todo el año y que debe seguir siendo protagonista también después de los Juegos.