Bocados, sorbos y exquisiteces
Saborear Suiza: paisajes y sabores de invierno
Delicias alpinas con vistas
Existe un ritual entre las montañas suizas que encierra el espíritu del invierno. Ustedes se encuentran en un chalet en lo alto, frente a las laderas nevadas, observando los copos que bailan lentamente mientras la chimenea desprende un calor familiar y las velas tenues crean una atmósfera casi irreal. El aroma irresistible del queso fundido les invita a la mesa, con una copa de vino local en la mano, mientras esperan a la indiscutible protagonista del banquete: ¡la fondue!
Las primeras referencias sobre el origen de la fondue datan de 1699, en un recetario suizo que describía un queso cocido en vino y servido con pan. Desde entonces, este plato se ha convertido en símbolo de la convivialidad alpina dentro de la cultura helvética. Cada cantón es fiel a su propia versión — del Gruyère friburgués al Vacherin del Valais — pero el ritual siempre es el mismo: el caquelon, la tradicional olla de hierro fundido en el centro de la mesa; el vino que acompaña; y la satisfacción que invade a los comensales. Una experiencia que calienta el paladar y el corazón.
Cena glacial en una noche de invierno
Imaginen una noche de invierno despejada entre cumbres nevadas. En medio de un paisaje solemne, un iglú de hielo se convierte en el escenario de una experiencia único.
En estas cúpulas tradicionales, construidas con paredes pulidas a mano y donde los juegos de luz danzan sobre superficies translúcidas, flota una atmósfera de pura magia. Afuera domina el silencio de la nieve; adentro se respira un calor hecho de calma, convivialidad y aromas de altura. Inspirados en los antiguos refugios de los pueblos del Ártico, los iglús suizos son hoy espacios con encanto, nacidos de la fusión entre naturaleza y diseño. Las paredes de nieve retienen el calor, manteniendo una temperatura sorprendentemente confortable incluso cuando el frío exterior se vuelve intenso.
Aquí tendrán el privilegio de degustar un menú alpino capaz de convertir una cena en un auténtico sueño invernal.
La montaña en una copa
Cuando los días se acortan y el aire se vuelve chispeante, los cócteles también adoptan nuevas formas y matices. En ambientes íntimos y cuidados, con vistas a tejados nevados o al perfil lejano de las montañas, es posible explorar cómo el arte de la mixología puede encarnar perfectamente la atmósfera alpina.
Guiados por cocteleros expertos, aprenderán a combinar destilados artesanales e ingredientes de temporada: ginebra con hierbas de montaña, licores de miel o de abeto rojo, infusiones de frutas secas y especias reconfortantes como la canela y el clavo de olor.
Cada creación es un homenaje al territorio y a su estacionalidad, una alquimia invernal que combina técnica y creatividad desde una perspectiva inesperada: a través del aroma y el disfrute, entre copas con aroma a bosque y veladas iluminadas por el fuego. Una experiencia que celebra el arte del saber hacer y la elegancia del saber vivir.
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Torino (TO)